¿TE ASUSTAN LAS ENTREVISTAS DE TRABAJO?
Está claro que el primer contacto personal con la
empresa es clave para conseguir el puesto al que aspiramos, pero no hay por qué
tener miedo.
La principal función de una entrevista es
conocer al candidato, no sólo desde el punto de vista laboral, sino también
personalmente. Es muy importante mantener una actitud positiva, entender la
entrevista de trabajo, no como un examen, sino como una oportunidad para
mostrar tu interés y tu capacidad para desarrollar el trabajo que te ofrecen.
ANTICÍPATE
Siempre habrá alguna pregunta que te pille por
sorpresa – también se trata de ver cómo reaccionas ante lo inesperado- , pero
te resultará útil hacer un repaso mental de quién eres y de por qué estás allí
antes de acudir a tu cita. No es ninguna tontería. Piensa en qué contestarías
si te preguntaran sobre tus aficiones, tus intereses personales, tu familia, tus aspiraciones profesionales, la posibilidad de
trabajar horas extra… Tener claras estas respuestas no sólo reducirá tu
ansiedad frente a la entrevista, también te dará confianza, y ten por seguro
que la seguridad en uno mismo se transmite.
10 PREGUNTAS QUE TE PUEDEN HACER EN UNA ENTREVISTA DE TRABAJO
Hay una serie de cuestiones que suelen repetirse en
las entrevistas de trabajo. El objetivo es conocer personalmente al candidato,
así que puede ayudarte conocerlas de antemano:
1.
Explíqueme
algo sobre usted.
2.
¿Por qué
quiere cambiar de trabajo?
3.
¿Por qué
quiere trabajar con nosotros?
4.
¿Está en
otros procesos de selección?
5.
¿Le gusta
trabajar en equipo?
6.
¿Le han
echado de algún puesto de trabajo?
7.
Cuénteme
algún problema que haya tenido en sus trabajos anteriores.
8.
¿Cuáles
son sus puntos débiles?
9.
¿Qué
expectativas económicas tiene?
10. ¿Está casado/a? ¿Piensa quedarse embarazada?
Saber que es muy probable que estas cuestiones
surjan a lo largo de la entrevista puede resultar útil. No se trata de
memorizar posibles respuestas. Sin embargo, reflexionar sobre ellas e
interiorizar una actitud frente a ellas puede ayudarte a reducir los nervios y
a dar una mejor imagen.
Es difícil decir dónde acaba el derecho a saber del
entrevistador. Si a lo largo de la entrevista consideras que alguna de las
preguntas es inadecuada lo mejor es tratar de pasar por encima sin entrar en
detalles, con la mayor diplomacia posible.
NO TIRES
LA PIEDRAS CONTRA TU TEJADO.
Es habitual pensar que nuestro Curriculum puede
resultar insuficiente para el entrevistador. En este caso tampoco hay que
temer. Sólo hay que utilizar el sentido común. Nadie va a ofrecerte un puesto
de calidad si no tiene la certeza de que puedes desempeñarlo, así que
seguramente querrá cerciorarse de tu “buen nivel de inglés” o de tu capacidad
para resolver conflictos.
Si el dominio de un determinado idioma, por
ejemplo, es imprescindible para desempeñar las labores del puesto al que
aspiras no servirá con decir que lo hablas, será necesario demostrarlo. Ponerte
en la postura de tener que justificarte sólo te hará pasar un mal rato y dará
muy mala impresión. Lo mejor es ser “honesto” y dar una idea lo más fiel
posible de qué eres capaz de hacer. Mantén la idea de querer mejorar en aquello
que sabes que son tus debilidades, y pon el acento en lo que hace de ti un
candidato especial. Es importante diferenciarse y transmitir que puedes aportar
algo más de lo que se te exige.
En cualquier caso, sé humilde. Muéstrate seguro de
tus capacidades, pero huye de dar una imagen arrogante o autosuficiente.
Trabajarás en un equipo, y por relevante que sea tu labor debes tener presente
que serás una pieza de la máquina que persigue un objetivo. Necesitarás tener
los ojos bien abiertos. Eres nuevo en el equipo y cualquier indicación te
resultará útil.
¿QUÉ ME PONGO?
Hay que tener en cuenta que la primera impresión
marcará el resto del encuentro, y que será difícil de borrar, así que conviene
entrar con buen pie. En general, lo más indicado es tener una presencia formal
y lo más discreta posible. Se trata de que tu imagen personal responda a las
expectativas de quien te está entrevistando, y ajustarse a ello no es muy
difícil. Aplica el sentido común. Todo depende de si trabajarás en contacto con
el cliente, de la filosofía de la empresa, de la función concreta que tú vayas
a desempeñar…
No te disfraces. Es importante que te muestres
natural, sereno y confiado, así que no te disfraces. Sentirte incómodo con tu
indumentaria no te ayudará.
ACTITUD
Es importante que mantengas una actitud fresca y
positiva. Muéstrate interesado y motivado para ocupar el puesto que te ofrecen.
Procura extraer los aspectos positivos de tus anteriores trabajos, sin
menospreciar otras empresas. No es momento de reivindicaciones, sino de
presentaciones.
Presta atención en todo momento, sin perder detalle
de lo que el entrevistador te cuenta o te pregunta. No tengas miedo de
intervenir. La entrevista no es un monólogo de una de las partes. Sin interrumpir,
aprovecha un momento apropiado para intervenir con un comentario o plantear una
duda. De esa forma estarás mostrando interés, la conversación será equilibrada
y no sentirás que tu evaluación es férrea. De paso, podrás aclarar algunas
dudas.
Otro dato muy importante, observa la imagen. Éxitos !!!